viernes, 26 de enero de 2018

El gallo: el otro protagonista de las "fiestas de quintos"

VIEJAS HISTORIAS DE BERCIAL
El gallo: el otro protagonista de las "fiestas de quintos"

Desde tiempo inmemorial, los quintos de los pueblos castellanos celebraban sus "fiestas" con un rito sacrificial en el cual el protagonista es un animal, optan en todos los lugares por un ave que viene acompañando al hombre desde la Prehistoria; el gallo.

Los mozos quintos, por imperativo de la edad y de la costumbre estaban obligados a decidir si llevarían a cabo “la hazaña” de correr el gallo. Es obvio que siempre estaban dispuestos: la satisfacción, el prestigio, la ilusión, el deber de correr el gallo se imponía a cualquier dificultad. Era la fiesta de los quintos.
En Bercial, el día de San Antón, los quintos del año eran los encargados de hacer la “carrera de gallos”. Se corría a “lomos” de una yegua, un caballo o un burro. El día de la corrida del gallo era una gran fiesta para todos los vecinos. En el lugar elegido, la calle Medina, se colocaban dos postes o dos carros, entre los que se tensaba la cuerda donde se colgaba el gallo. El comienzo de la prueba, la parte fundamental del rito de paso, se hacía como en el resto de fiestas: una comitiva salía desde la casa de uno de los protagonistas recogiendo a todos los demás hasta llegar al lugar de la celebración. Los mozos, montado en sus caballos al galope, ejecutaban la sentencia de muerte del gallo, agarrando al galope la cabeza para arrancársela con la fuerza de la carrera.
 El “trofeo” consistía en arrancar la cabeza de un gallo vivo, que estaba colgado de una cuerda, para después regalársela a la novia, a una amiga o a una hermana. La agasajada correspondía regalándole al quinto-mozo un puro envuelto en un pañuelo bordado por ella. Me cuentan, que hace muchos años (60, más o menos) Gaudencio Rodríguez le entregó la “cabeza” del gallo a Eleuteria Coca.
También, ese día, de madrugada, salíamos los monaguillos esquila en mano y dirigidos por el señor Epifanio Velázquez (padre de Cruz) recorríamos todo el pueblo, con el carretillo de rueda de hierro y varias cestas de mimbre. Íbamos llamando de casa en casa, pidiendo una “limosna pa San Antón”; los vecinos entregaban algunas viandas de la última matanza: chorizos, perniles de tocino, chorizo “bofeño”, pies, chicharrones, un gallo, etc.
Todo lo que reuníamos lo llevábamos al cancel de la iglesia (por donde sale San Blas) y allí se subastaba entre los vecinos. El encargado de la subasta era el señor Serafín Garzón. Yo recuerdo que en varias ocasiones el remate se lo llevó Gaudencio (“Chencho”) Rodríguez Arenas, otro año Eleuterio y, anteriormente, mi tío Julián Rodríguez. El dinero recaudado estaba destinado a los fondos del mantenimiento de la Iglesia.
Como se ve en las fotografías que adjunto, en 1998, desde el gobierno municipal de IU, intentamos recuperar esta tradición ancestral, cambiando los caballos por bicicletas y, al sufrido gallo, por las cintas. Ahí se ve a los mozos y mozas en ciernes (quintas, 2003 y 2004): Fernando y Sara, intentando coger las Cintas. También salimos por el pueblo a pedir. Como antaño, la gente fue muy generosa en la entrega de viandas. Entre lo donado estaba un hermoso gallo de corral.
El “remate”, al que acudieron decenas de vecinos, se hizo en el salón nuevo. La puja por el gallo estuvo muy disputa y emocionante, pero después de varias pujas, el que se llevó le remate, fue Amancio Rodríguez. Lo recaudado se lo entregamos a una ONG.
Bercial de Zapardiel, 25 de enero de 2018  
 
Bruno Coca Arenas

martes, 9 de enero de 2018

Nieva en Bercial, 7 de enero de 2018


BERCIAL, EL PAISAJE DESPUÉS DE LA NEVADA 

Año de nieves, año de bienes… 
La nieve es una maravilla de la naturaleza, que deja a su alrededor un hermoso paisaje blanco. Para otros, la nieve significa frío y pereza por salir de casa, y para los que nunca la vieron, una intriga.
     La nieve ha sido recibida con alegría y esperanza por los habitantes de nuestros pueblos, debido al estado “agónico” y lamentable en el que se encontraba el campo, sobre todo en la zona de siembra del cereal de la Moraña y la de los pastos en la zona de la montaña del resto de la provincia. Y otra cosa importante, los pantanos y embalses, a partir de ahora, empezarán a tomar pulso, incrementando sus reservas. (https://youtu.be/tUfTv_JVH-w)
     La nieve, así como también el suelo helado, puede ser tan beneficiosa como perjudicial para el campo, aunque hay que reconocer que, en España, en general, la nieve resulta favorable a la larga.
La capa de nieve, incluso de un espesor pequeño de 5 ó 6 cm. tiene suficiente capacidad de aislamiento para proteger eficazmente los cultivos de invierno reduciendo o evitando las heladas. Los cereales de invierno (trigo, centeno, etc) se ven favorecidos por la nieve al aumentar su capacidad de ahijamiento sin fuertes bajadas de temperatura y disponer del agua de fundición poco a poco, para ir absorbiéndola.
La nieve ejerce también un efecto estabilizador de la temperatura evitando las oscilaciones extremas tan perjudiciales para las plantas. La amplitud anual de la temperatura del suelo depende en gran manera de la cubierta vegetal en el verano y de la cubierta de nieve en el invierno. La primera enfría y la segunda calienta, dando en consecuencia una oscilación convenientemente atenuada. (9-1-2018)












































































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